Cuando se menciona el nombre de Robert De Niro, la primera imagen que suele aparecer es la de un neoyorquino intenso, inseparable de las calles de Manhattan. Desde el taxista alienado de Taxi Driver hasta el poderoso Vito Corleone joven en El Padrino II, su filmografía está marcada por personajes profundamente ligados al carácter de Nueva York. Sin embargo, lejos de esa urbe gris y bulliciosa, hay una ciudad mediterránea que también ha dejado huella en la vida del actor: Barcelona.
El vínculo de De Niro con la capital catalana no se limita a un viaje turístico ocasional. Es una relación construida en dos planos bien definidos: el cinematográfico y el empresarial. Barcelona ha sido, a la vez, un plató donde desplegó su talento y el lugar elegido para consolidar una de sus inversiones más importantes en el sector de la hospitalidad.

Un plató con historia: Luces Rojas
En 2012, Robert De Niro participó en el thriller psicológico Luces Rojas (Red Lights), dirigido por el español Rodrigo Cortés. En esta cinta, De Niro interpretó a Simon Silver, un famoso psíquico ciego que regresa a los escenarios tras años de retiro.
La película se rodó en diferentes localizaciones de Barcelona, que funcionaron como escenarios clave para el desarrollo de la trama. Durante semanas, la ciudad no fue solo un destino, sino un auténtico espacio de trabajo donde el actor se sumergió en un papel complejo y enigmático. El rodaje permitió que De Niro conectara con Barcelona desde un ángulo creativo, dejando una huella en su tejido cultural y cinematográfico.
La participación en Luces Rojas marcó la primera gran experiencia del actor en la ciudad, situando a Barcelona como un lugar especial dentro de su trayectoria artística.
El salto empresarial: Nobu Hotel Barcelona
El otro gran capítulo en la relación de Robert De Niro con Barcelona está ligado al mundo de la hostelería. El actor es cofundador de Nobu Hospitality, junto al chef Nobu Matsuhisa y el productor Meir Teper. La marca se ha expandido de manera global con una combinación de hoteles de lujo y restaurantes de alta gastronomía japonesa con influencia peruana.
En 2019, esta alianza llegó a Barcelona de la mano del Nobu Hotel Barcelona, situado en la antigua Torre Catalunya, junto a la estación de Sants. Con sus 23 plantas y 259 habitaciones, el edificio se transformó en un referente de hospitalidad de alto nivel.
La joya del proyecto es el restaurante ubicado en la planta 23, que ofrece unas vistas panorámicas espectaculares de la ciudad. Desde allí, se puede contemplar el skyline barcelonés en 360 grados, uniendo la experiencia culinaria con la estética única del Mediterráneo.
La apertura del Nobu Hotel Barcelona supuso una declaración de intenciones. La ciudad no solo fue vista como un mercado atractivo, sino como un punto estratégico en Europa: un lugar donde convergen turismo internacional, creatividad gastronómica y diseño cosmopolita. Para De Niro y sus socios, Barcelona encarna perfectamente el espíritu Nobu: modernidad, innovación y raíces culturales fuertes.
Una relación consolidada
Aunque no hay abundancia de testimonios públicos sobre la vida privada de De Niro en Barcelona, la elección de la ciudad para albergar uno de los hoteles insignia de la cadena habla por sí sola. El proyecto representa algo más que una inversión financiera: es un compromiso a largo plazo con un destino que se ha consolidado como referente turístico mundial.
Barcelona, con su fusión de tradición y vanguardia, se alinea con la filosofía de Nobu Hospitality, que combina la cocina japonesa con influencias globales y un concepto de lujo discreto. El hecho de que un actor de la talla de De Niro, tan estrechamente identificado con Nueva York, haya apostado por Barcelona como epicentro europeo de su marca, refleja la capacidad de atracción internacional de la ciudad.
Barcelona en el mapa personal de De Niro
El vínculo de Robert De Niro con Barcelona puede resumirse en dos facetas complementarias:
- Como actor, trabajó en la ciudad en un rodaje que le permitió vivirla desde dentro, no como visitante, sino como creador.
- Como empresario, confió en ella para expandir su marca de hospitalidad de lujo, integrándose en su skyline y en su escena gastronómica.
Estos dos planos conforman una relación sólida, en la que Barcelona aparece no solo como un lugar de paso, sino como un punto de referencia en su mapa vital.
Barcelona es, para Robert De Niro, más que un destino turístico o un enclave de negocios. Es un escenario donde ha desarrollado parte de su arte y un lugar en el que ha apostado por dejar huella empresarial. La ciudad le ofreció su faceta de plató cinematográfico en Luces Rojas, y después se convirtió en el marco ideal para el Nobu Hotel Barcelona, un proyecto que combina lujo, diseño y gastronomía de vanguardia.
Así, mientras Nueva York seguirá siendo inseparable de la identidad cinematográfica de De Niro, Barcelona ocupa un lugar especial en su trayectoria, como refugio mediterráneo donde talento, negocio y cultura se entrelazan.