Descripción

La Casa Mulleras es otro de los edificios notables situados en el famoso Passeig de Gràcia de Barcelona, aunque no es tan conocida ni tan ostentosa como otras obras modernistas cercanas como la Casa Batlló, la Casa Amatller o la Casa Lleó Morera. Aún así, forma parte de la «Manzana de la Discordia», un tramo del Passeig de Gràcia donde varios arquitectos modernistas dejaron su huella, aunque la Casa Mulleras se distingue por su estilo menos decorativo y más sobrio.

Arquitecto: La Casa Mulleras fue diseñada por el arquitecto Enric Sagnier i Villavecchia, un prolífico arquitecto catalán que trabajó en un estilo ecléctico, combinando elementos de diferentes movimientos arquitectónicos, desde el modernismo hasta el neoclasicismo. La Casa Mulleras es un ejemplo de su enfoque más clásico y menos ornamentado, comparado con otros edificios de la misma época en la zona.
Construcción: Fue construida entre 1906 y 1911, aproximadamente, por encargo de la familia Mulleras. Este edificio, al igual que otros en la zona, fue una residencia burguesa y tenía comercios en su planta baja, como era común en el Passeig de Gràcia.
Fachada: A diferencia de otras casas en la Manzana de la Discordia, la Casa Mulleras tiene una fachada mucho más austera y simétrica. Su estilo se aleja del modernismo más orgánico y recargado de Gaudí o Domènech i Montaner y se inclina más hacia un clasicismo contenido, con algunas influencias modernistas, pero sin los excesos decorativos. La fachada es lisa, con balcones de hierro forjado y un uso más limitado de la ornamentación.
Decoración: Aunque el edificio no destaca por una decoración exuberante, mantiene una elegancia clásica, con detalles como molduras y cornisas que acentúan su estructura. Sagnier no empleó los mismos elementos florales y orgánicos que caracterizan al modernismo catalán, sino que optó por un diseño más limpio y ordenado, que contrasta con los edificios vecinos.

Aunque no se suele incluir en los recorridos turísticos más populares, debido a su estilo más discreto, es parte del tejido arquitectónico del Passeig de Gràcia y contribuye a la diversidad estilística de la «Manzana de la Discordia.»

A pesar de su perfil más bajo, la Casa Mulleras es un buen ejemplo del trabajo de Enric Sagnier y una muestra de la variedad de estilos arquitectónicos que coexistieron en la Barcelona de principios del siglo XX. Su sobriedad contrasta con las otras obras modernistas, subrayando la riqueza y la diversidad del paisaje urbano de la ciudad.