Circo Raluy: Su conexión con Sant Adrià del Besòs. El Circo Raluy es una de las joyas del patrimonio cultural circense de Europa. Fundado en 1934, este circo ha cautivado a generaciones con su estética retro, vehículos antiguos y la preservación de la tradición del circo clásico. Aunque muchas de sus actuaciones más emblemáticas han tenido lugar en ciudades importantes como Barcelona, el verdadero hogar del Circo Raluy, el lugar donde late su corazón, es Sant Adrià del Besòs. Este pequeño municipio ha jugado un papel clave en la evolución y supervivencia del circo a lo largo del tiempo.
Los orígenes del Circo Raluy
La historia del Circo Raluy comienza en 1934, cuando Luis Raluy Iglesias, el patriarca de la familia, decidió seguir su pasión por el circo. Luis Raluy nació en Sant Celoni, un pequeño pueblo en la provincia de Barcelona, en 1911. Desde joven, mostró una fascinación por la ingeniería detrás de los aparatos circenses y por el espectáculo en sí. Esta mezcla de talento técnico y artístico lo llevó a fundar su propio circo, en el que él mismo diseñaba y construía muchos de los carromatos y elementos escénicos.
Durante las primeras décadas de su existencia, el Circo Raluy recorrió España en tiempos difíciles, enfrentándose a la pobreza y a las restricciones de la posguerra. A pesar de estos obstáculos, el circo logró mantenerse gracias a la determinación de Luis y el apoyo de su familia, quienes se involucraron en todas las facetas del circo. Esta unión familiar se convirtió en uno de los pilares fundamentales que permitió al circo no solo sobrevivir, sino prosperar.
Sant Adrià del Besòs: El refugio del Circo Raluy
Aunque el Circo Raluy se presentó en muchas ciudades importantes, como Madrid, Barcelona y otras capitales europeas, la conexión más profunda y simbólica siempre ha sido con Sant Adrià del Besòs. Este municipio industrial, ubicado en el área metropolitana de Barcelona, se convirtió en el lugar donde el circo estableció su base de operaciones.
Durante la segunda mitad del siglo XX, el circo necesitaba un espacio fijo donde poder almacenar sus carromatos, mantener y reparar los vehículos antiguos que forman parte de su identidad, y preparar los espectáculos antes de cada gira. Sant Adrià del Besòs ofreció el lugar ideal. Su proximidad a Barcelona permitía al circo acceder a una gran audiencia, mientras que el carácter más industrial del municipio le ofrecía el espacio necesario para las complejas labores de logística y mantenimiento.
Fue aquí, en Sant Adrià, donde la familia Raluy encontró la estabilidad que tanto necesitaban. Mientras otros circos desaparecían debido a las dificultades económicas o la modernización del entretenimiento, el Circo Raluy podía mantenerse gracias a su base en el Besòs, donde restauraban meticulosamente cada pieza del circo, asegurando que cada espectáculo fuera una inmersión en la nostalgia y la magia del circo clásico.
Sant Adrià del Besòs y la identidad del circo
Más allá de ser un simple lugar de almacenamiento y logística, Sant Adrià del Besòs ha jugado un papel fundamental en la evolución artística del Circo Raluy. Al estar alejado del bullicio del centro de Barcelona, el municipio ofreció un entorno más tranquilo y propicio para la creatividad. En este refugio, la familia Raluy pudo experimentar con nuevas ideas, restaurar su patrimonio circense y mantener viva la esencia del circo de antaño.
La comunidad de Sant Adrià también ha sido clave en este proceso. A lo largo de los años, los residentes del municipio han adoptado al Circo Raluy como parte de su propia identidad cultural. El circo no solo ha sido una atracción más, sino una institución que forma parte del día a día de la ciudad. En varias ocasiones, el Circo Raluy ha ofrecido espectáculos gratuitos o a precios reducidos para los vecinos, en agradecimiento por el apoyo y la hospitalidad que siempre han recibido.
Este vínculo entre el circo y Sant Adrià es tan fuerte que, para muchos adrianenses, el Circo Raluy no es simplemente una compañía de entretenimiento, sino un símbolo de perseverancia, arte y tradición. La relación va más allá de lo comercial: es un intercambio cultural donde el municipio ha ofrecido un hogar, y el circo ha devuelto cultura y magia a la ciudad.
La vida del circo en el Besòs: restauración y preparación
Una de las características más emblemáticas del Circo Raluy es su compromiso con la restauración de vehículos antiguos, carromatos y otros elementos históricos que forman parte del espectáculo. Este trabajo minucioso tiene lugar, en su mayoría, en los talleres de Sant Adrià del Besòs, donde la familia Raluy y un equipo de artesanos se dedican a la reparación y mantenimiento de este valioso patrimonio.
Cada vehículo es una pieza de historia, y muchos de ellos datan de principios del siglo XX. La familia Raluy ha restaurado estos carromatos con un esmero y una dedicación impresionante, logrando que cada uno de ellos no solo sea funcional, sino también una obra de arte que añade un toque de nostalgia a cada espectáculo.
Este proceso de restauración es fundamental para la identidad del circo, y es uno de los aspectos que lo diferencia de otros circos contemporáneos. Mientras muchos han optado por modernizarse con tecnología avanzada y efectos especiales, el Circo Raluy ha optado por el camino contrario, preservando y celebrando la estética y el espíritu del circo clásico.
Un legado vivo en Sant Adrià
El Circo Raluy ha sabido transmitir su pasión de generación en generación. Los hijos y nietos de Luis Raluy han asumido roles importantes dentro del circo, continuando con la tradición familiar. Esto ha sido posible gracias, en gran parte, a la estabilidad y el apoyo que han encontrado en Sant Adrià del Besòs.
Hoy en día, el circo está dividido en dos ramas principales: el Circo Raluy Legacy, liderado por los descendientes de Luis Raluy, y el Circo Raluy Histórico, que mantiene la esencia original del espectáculo. Ambas versiones siguen presentando funciones en Sant Adrià y otras ciudades de España y Europa, llevando consigo el legado de una familia que ha dedicado su vida al circo.
La historia del Circo Raluy está intrínsecamente ligada a la ciudad de Sant Adrià del Besòs. Aunque ha actuado en escenarios internacionales y ha sido aplaudido en grandes capitales como Barcelona, es en Sant Adrià donde el circo ha encontrado su verdadero hogar. Este municipio industrial ha proporcionado el espacio y el apoyo necesarios para que el circo continúe creciendo y mantenga viva la tradición circense.
El Circo Raluy, fundado en 1934, no es solo un espectáculo, es un símbolo de perseverancia, arte y nostalgia que ha marcado la identidad cultural de Sant Adrià del Besòs. La relación entre el circo y el municipio es un ejemplo de cómo una comunidad puede acoger y nutrir a una institución artística, ayudando a mantener viva una forma de entretenimiento que, de otro modo, podría haberse perdido en el tiempo.