En esta ruta a pie por La Clota descubrirás un remanso rural que conserva su trazado agrícola, huertos urbanos y arquitectura popular en pleno distrito de Horta‑Guinardó. Empezarás en la estación de Vall d’Hebron (L3/L5), recorrerás el Carrer de Capcir para contemplar los huertos comunitarios, seguirás por el histórico Camí de Sant Genís, admirarás las casas bajas con jardines propios y, finalmente, disfrutarás de las vistas desde un paso peatonal sobre la Ronda de Dalt antes de terminar en el Parc de la Vall d’Hebron. La ruta, de unos 2 km, se completa en unas 1,5 horas a ritmo pausado, ideal para fotógrafos y familias que busquen desconectar del bullicio urbano.

¿Dónde está La Clota?
La Clota es el barrio más pequeño de Barcelona, con solo 590 habitantes distribuidos en 17,80 hectáreas, lo que le otorga una densidad de 34 hab./ha y un carácter casi de micropueblo dentro de la ciudad. Se sitúa en una hondonada entre El Carmel y el paseo de la Vall d’Hebron, limitado por la calle Lisboa, la avenida del Cardenal Vidal i Barraquer y la avenida del Estatuto de Cataluña. Su origen se remonta al siglo XIII en torno a la masía de Can Tarrida, transformada con el tiempo en un entramado de casitas con huerto y masías centenarias.
Inicio de la ruta: estación Vall d’Hebron (L3 y L5)
La caminata arranca en Vall d’Hebron | Sant Genís, terminal de la línea 5 y parada de la línea 3 del Metro de Barcelona, inaugurada en 1985 (L3) y ampliada en 2010 (L5). La sección de la L5 se encuentra a 41,5 m de profundidad bajo la Avenida del Jordà, con un andén central de 95 m de longitud. Al salir por la Avenida del Jordà, gira hacia el Carrer de Capcir para introducirte en el ambiente rural de La Clota.
Parada 1: Carrer de Capcir y huertos urbanos
En el Carrer de Capcir, junto al Centro Vecinal (n.º 2), se extienden varios huertos comunitarios donde los vecinos cultivan hortalizas como tomates, calabacines y habas, manteniendo viva la tradición agrícola del barrio. Estos bancales, delimitados por setos y pérgolas, ofrecen un contraste espectacular con el verde profundo de la sierra de Collserola al fondo, perfecto para fotografía de naturaleza urbana. La Torre Purísima es una joya que todavía permanece en pie en el barrio.
Parada 2: Camí de Sant Genís
Continúa por el Camí de Sant Genís, sendero histórico que comunicaba antiguamente La Clota con Horta y la sierra de Collserola. A lo largo del recorrido aún se aprecian tramos empedrados y muros de piedra seca, vestigios de la antigua conexión rural. Bajo tus pies fluían los torrentes de Sant Genís, de las Catorze Plomes y de la Genissa, cuyo sistema de acequias y pozos aseguraba el riego de los huertos y el funcionamiento de lavanderías artesanales.
Parada 3: Arquitectura popular y casas unifamiliares
Al adentrarte en el Passatge de Sant Jaume, descubrirás casas de planta baja datadas desde principios del siglo XX, muchas con azulejos modernistas y jardines delanteros donde aún crecen cerezos y olivos. Estas viviendas unifamiliares, adaptadas al clima mediterráneo, conservan elementos originales como pozos de agua, fuentes de piedra y puertas de madera restauradas, reflejo directo de la fisonomía rural que dio origen al barrio.
Parada 4: Vistas desde la Ronda de Dalt
La Ronda de Dalt (B‑20), circunvalación que bordea el norte de La Clota, se cruza mediante un paso peatonal que permite contemplar la fusión entre la urbanización y el pulmón verde de la Vall d’Hebron. Desde este mirador improvisado se divisan las copas de los pinos, la bandera de Collserola y la secuencia de torres y casas bajas formadas por la evolución histórica del barrio.
Final de ruta: Parc de la Vall d’Hebron
Concluye tu paseo en el Parc de la Vall d’Hebron, espacio verde remodelado tras los Juegos Olímpicos de 1992 que enlaza la ciudad con Collserola. Zonas de césped, pinos y un pequeño estanque invitan a sentarse, hacer un picnic o prolongar la caminata por los senderos boscosos.
🧭 Consejos para disfrutar al máximo
- Duración: unos 1,5 horas a paso tranquilo, incluyendo paradas fotográficas.
- Recomendado para: amantes de la historia local, senderistas urbanos y familias.
- Mejor hora: primeras horas del día o última hora de la tarde, cuando la luz dorada realza los colores del barrio.
Visitar La Clota supone un viaje en el tiempo sin salir de Barcelona, descubriendo un microuniverso rural que resiste entre masías, huertos y senderos centenarios. ¡Anímate a explorarlo y comparte tu experiencia en Rutas Barcelona!